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Abstract

El uso del lenguaje de “exiliados, extranjeros y extraños” por los escritores del Nuevo Testamento en sus descripciones de la iglesia provee percepciones importantes para el auto-entendimiento (identidad) adecuado y la última lealtad de los seguidores de Jesús. La vivencia de los creyentes en el Atlántico del Norte puede dificultar su recepción e internalización de este lenguaje apostólico para la iglesia; leer en compañía con los cristianos del Mundo Mayoritario puede abrir la posibilidad para un entendimiento y una encarnación más profundos de estas realidades.

DOI

10.7252/Journal.02.2024F.06

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